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Un mago del futbol
En ese instante
vomitaría sus pulmones; si buscara una forma de explicar su cansancio sería
ilustrando su carrera tirando de unos bloques de cemento. Había corrido mucho
en la temporada que recién había comenzado y él ya estaba ponchado.
—¡Joder
Mesut!—gritaba iracundo su entrenador desde la banca.
Y el colmo llegó
cuando no acompañó la jugada hasta el área chica. Estaba agotado. Finalmente el
árbitro del encuentro pitó el final del primer tiempo y los jugadores
regresaron a los vestidores. Él iba cabizbajo, algo que en Alemania, su tierra
natal a pesar de sus orígenes turcos, jamás hubiera imaginado hacer. Así no era
la mentalidad alemana.
—¡Joder Mesut!
Vamos perdiendo ¡Y no haces nada!—increpó molesto el Director Técnico del
equipo, aunque no tenía previsto confrontarlo, pero se había molestado mucho al
verlo sentado en el banquillo con pose derrotada—No terminas las jugadas, no
recuperas balones, no corres ¡No haces nada! ¿Crees que para eso te fiché? ¿No
puedes ayudar a tu equipo?—dijo el entrenador, Josue Mourinho, mientras se
acercaba al jugador—No necesito a jugadores como tú en el campo.
Y eso había sido
todo. Mesut, quien había estado mirado a su Mister desde el banquillo del
vestidor bajó el rostro cuando las palabras contra él cesaron. La sentencia
estaba dada.
—Somos mejores
que ellos—habló de nuevo Mourinho—. Van a salir al campo y van a dejar el alma,
le vas a demostrar a esos hijos de puta quien manda.
Quizás Mourinho
seguía hablando, pero Mesut no lo escuchaba, sus palabras se habían perdido
antes de llegar a sus oídos: mientras sus compañeros se llenaban de la sed de
triunfo que el entrenador profesaba, muy a pesar de la molestia e incomodidad
que se generó con sus palabras al alemán. Entonces, la mirada de éste se centró
en el defensa español de su equipo, Sergio Ramos; estaba molesto, lo habían
mandado a la banca por motivos extradeportivos y luego su entrenador había
humillado a un amigo. Mourinho humilló a Mesut.
—Modric, irás a
la cancha—dijo el entrenador portugués antes de salir del vestidor.
Mesut no refutó nada,
ni siquiera hubo un reto en su mirada cuando asintió a lo dictado por su
entrenador; el alemán había aprendido en su tierra natal que la disciplina era
lo más importante y lo que dijera su entrenador eso haría, él era consciente
del mal partido que había hecho. Pero Ramos tensó sus músculos al escuchar a
Mourinho, sus puños apretaron la tela de su short y Mesut pensó que si pudiera,
Sergio hubiera golpeado al Director Técnico.
Sami Khedira era
el otro jugador alemán del equipo, el mejor amigo que Mesut tenía en España, y
cuando el entrenador salió se dirigió a su amigo y le palmeó el hombro, no
podía ser de otra manera pues un gesto mayor podría traerle problemas, de igual
forma algunos otros compañero se acercaron a Özil y repitieron el gesto de
Khedira.
Sergio también
se acercó.
—Eres un mago
con los pies.—El defensa se colocó frente al centrocampista alemán para decirle
eso, luego descansó sus manos sobre los hombros de Mesut. Ya todos los demás se
habían ido—Él no tiene idea tu talento.
Ambas miradas se
cruzaron cuando el alemán, que era más bajo que Sergio, elevó su rostro.
Entonces quiso llorar. Las palabras de Mourinho lo había lastimado y humillado,
pero Ramos lo había desarmado, todas las lágrimas de ira y frustración clamaron
por una salida al mismo instante. Habían encontrado un cómplice seguro. El
defensa del Real Madrid pareció adivinarlo y empujó al otro jugador contra la
pared intentando rodearle en un abrazo que fue más bien un gesto torpe e
incompleto; sus brazos descansaban uno sobre la pared a la altura de la cabeza
de Mesut y el otro lo hizo sobre la cintura de éste, a Sergio le sorprendió ese
gesto tanto como a Özil aunque al final fue éste quien buscó refugiar su rostro
en el hueco del cuello del mayor.
—Gracias—susurró
Özil en español algo avergonzado mientras forzaba la separación pero de nuevo
se vio atrapado, aunque sus carceleros no fueron propiamente los brazos de
Ramos.
Mesut abrió sus
ojos con sorpresa, tensando sus músculos y dejando sus labios rígidos bajo los
labios del defensa. En el instante en que se dio el contacto el alemán sintió
algo naciendo en su interior, apenas en un pestañeo un estremecimiento lo había
recorrido por completo y cuando los labios del español comenzaron a moverse
Mesut estuvo seguro de que eso le agradaba. Los movimientos de los labios eran
lentos, una de las manos de Sergio acarició el rostro del alemán y cuando él
movió sus propios labios regalándole una tersa caricia al defensa la intensidad
del gesto aumentó; el español quiso tener más cerca al otro jugador, quiso
probar más de él, y pegó más su cuerpo al contrario.
—¡¿Por qué no
salen aún?!—gritó Sami, irrumpiendo en el vestidor.
Y los jugadores
se separaron, pero estaban seguros que su compañero los había visto, aunque Sami
no hizo nada, tan sólo se quedó parado viéndolos mientras ellos “se hacían los
tontos”. Mesut se sintió avergonzado por completo, su mejor amigo lo encontró
besándose con un compañero de equipo, ni siquiera sabía que era lo que más lo
avergonzaba si haberse besado con Sergio o que Sami lo hubiera atrapado en el
acto. Por su parte, el defensa maldecía a su compañero de equipo por haberlos
interrumpido, estaba disfrutando mucho de ese contacto. Ambos futbolistas no
eran unos novatos en mantener ese tipo de contactos con personas de su mismo
sexo, pero el que los encontraran besándose con un amigo era muy incómodo y lo
era aún más porque antes de ese partido ellos dos eran solamente amigos.
—No diré nada de
esto, y no tengo ningún problema con ello, pero casi empieza el segundo tiempo
y el Mister quiere que entres Sergio.
Sami era serio,
siempre lo era, pero en esos momentos no sabía muy bien cómo actuar,
simplemente optó por lo que consideró correcto.
—Gracias—dijo
Mesut en un tono muy bajo en alemán y sin levantar la vista, se sonrojó desde
que su mejor amigo estuvo frente a él y el tono rojizo en sus mejillas no había
disminuido desde entonces.
—Mesut—llamó el
español, el aludido se sorprendió de que lo hiciera y se sonrojó un poco más—,
dame tu camiseta—ambos alemanes lo miraron extrañado—. Meteré un gol y te lo
dedicaré ¿vale?—dijo el español volviendo a tomarlo por los hombros.
—Los espero
afuera—dijo Sami un poco incómodo por la escena tan íntima que se formaba ante
sus ojos.
—Ok.
El dorsal número
10 pasó a la espalda del español y fue cubierto por el número cuatro de su
uniforme. Nuevamente un beso fue la cadena que mantuvo preso el pensamiento del
alemán, no tenía caso seguir pensando cuando estaba recibiendo el
mejor beso de su vida.
Al final del
encuentro Ramos no logró el ansiado gol que dedicaría a Mesut de verse
concretado, pero cuando abordaron el autobús buscó sentarse con el alemán y
Sami dejó que eso sucediera, conocía bien a Mesut y sabía que las cosas entre
ellos no eran claras y debían hablar lo más pronto posible, aunque le
preocupaba que la timidez de su amigo fuera un impedimento para ello.
—No pude marcar
tu gol—dijo el español inclinando un
poco su cabeza hacia Özil.
—No te
preocupes—dijo Mesut en un español muy pobre pues a pesar de tener unas cuantas
temporadas en el equipo aún no dominaba bien el idioma.
—Te quiero mucho
Mesut.—Ambas miradas se habían conectado, el español encontró con una mano
libre del alemán y la sostuvo con la propia.
—Y-yo…
—No me lo digas,
vale. Vamos a mi casa y hablemos.—La yema del pulgar de Ramos acarició en
varias ocasiones la piel de la mano del centrocampista, pero éste negó con la
cabeza.
—Me gusta—dijo
en un español nada fino, a lo que el defensa enarcó una ceja—, esto…—dijo
sonrojándose un poco—, que me tomes la mano así—habló en inglés, pues dominaba
mucho mejor ese idioma—, que me beses.—Bajó la mirada un poco cohibido, le
costaba un poco hablar de esas cosas y más cuando él no tenía claro sus propios
sentimientos ni los de Sergio—Que me quieras.
—Y a mí me
gustas tú—dijo Ramos al oído de Mesut—, mi mago del futbol.
Y el alemán
sintió sus mejillas arder, el defensa del Madrid siempre era muy directo, pero
también le gustaba. No quiso detenerse a pensar en lo raro de la situación, ni
que en horas antes tan sólo era amigos, ni siquiera en lo que eran a partir del
primer beso, tan sólo quería disfrutar del mágico momento que vivía.

4 comentarios:
Me ha encantado!!! <3 Amo a Serzil, son tan lindos. Muy bueno tu fanfic. Gracias por hacerlo. :D
Awwwwww es perfecto. Y adictivo. Felicidades por este fic. Lo amo.
Muy buen capítulo. ¿Para cuando el próximo? :D Que ganas de seguir leyendo. :)))
¡Genial! Debo decir que es primer fic que leo sobre ellos. Deberías continuar. Y gracias por escribir.
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