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Seguir amándose
Título:
Seguir amándose
Clasificación:
PG-13
Pairing:
Criská (Cristiano Ronaldo y Ricardo, Kaká)
Word Count:
2910
Resumen:
Kaká y Cristiano tienen una relación estrecha en el Real Madrid, poco a poco
los sentimientos crecen y las situaciones que viven irán moldeando su relación.
Disclaimer:
Kaká y Cristiano Ronaldo son personas públicas, lo aquí escrito no busca dañar
su imagen o lucrar.
Advertencias:
Slash.
Notas del Autor:
este one shot nació de una idea que se sembró en mí cuando me percaté que en la
celebración del gol de Gonzalo contra el Rayo, Cristiano y Ricardo celebraban
primero solos. Kaká no me parece el tipo de persona que le sería infiel a su
esposa, quizás hubiera sido mejor hacer un Fanfic y no un one shot, pero la
Universidad no es muy permisible en cuanto a tiempos así que toco el tema de
manera superficial. Esto es un capricho, una probadita para mí misma de lo que
quisiera escribir sobre ellos. Quizás sería correcto decir que para mí el
Criská es la pareja más linda de todos los pairings del futbol que hay
actualmente. Bien, entonces espero que les agrade la historia.
PD:
No pude evitar poner un poquito a Mou como celoso del Criská xD
Seguir amándose
Capítulo único
Era difícil jugar para ganar
cuando el conjunto no lo hacía bien, cuando él no tenía el ritmo de juego y más
cuando el rival tenía una actitud avasalladora. Y aun así peleaba cada balón.
Se había prometido a sí mismo y a su Dios que lucharía para tener un lugar en
ese equipo, que aprovecharía las oportunidades y que ya no habría excusas. Quizás no volvería a tener el nivel que le
llevó a ser el mejor del mundo, pero quería contribuir con su equipo, quería
contribuir con Cristiano.
Sí, el portugués pintaba mucho en
su nueva actitud; cuando el ostracismo en que se mantenía Ricardo, más conocido
como Kaká, lo ponía más fuera del Real Madrid que dentro del equipo, fue
Cristiano quien lo convenció de no hacer caso de los cantos de sirena que
venían desde la ciudad italiana, desde Milan. Todo pintaba para que el traspaso
no se diera. Y no se dio.
—Ánimo Ricky.—Solía decirle el
portugués—Si sigues trabajando vendrá tu oportunidad y demostrarás todo lo que
puedes dar, yo sé que Dios tiene algo bueno preparado para ti.
Las palabras de Cris, como
Ricardo solía llamarle, tenían un buen efecto en él aunque pronto su ánimo
decaía y no siempre estaba Cris para levantarle.
Cuando Cristiano Ronaldo, ese jugador
portugués que llegaba del club inglés Manchester United con la etiqueta del
“mejor jugador del mundo” y siendo el fichaje más caro de la historia, llegó al
Real Madrid fueron Pepe y Kaká quien lo arroparon, más por compartir la lengua que
por alguna otra cosa, y el brasileño recién llegaba como él. Arrogante, caprichoso,
inmaduro y ególatra eran calificativos que ya venía arrastrando el
aclamado CR7; Kaká no era una persona que prejuzgara, no se permitía ese tipo
de cosas, pero si se atrevía a dejar salir un poco de curiosidad ¿cómo sería el
crack portugués?
Muy pronto se hicieron amigos,
era más que nada porque a pesar de la timidez que en ocasiones solía predominar
en el brasileño, Cristiano era alguien muy transparente y amigable, al menos así
era con Kaká. Transcurridos los meses y las temporadas, Ricardo se daría cuenta
del afán protector que tenía Cristiano para con él, a veces incluso llegó a
retar a su entrenador por no darle minutos al brasileño.
—No deberías meterte en líos por
mí—regañó Ricardo al portugués en una ocasión.
—Es una injusticia que te falten
el respeto así, eres un grande…un fenómeno—contestó el portugués acercándose a
su amigo—. No me gustan las injusticias.—Alzó su mano hasta la cabeza de Kaká y
enterró sus dedos sobre ella.
—Lo sé…
Y Cristiano siguió brillando,
siguió creciendo mientras que Kaká contaba cada día menos para su entrenador y
para su afición no era más que un sinvergüenza que cobraba una millonada
mientras no aportaba nada al equipo. Así que no había motivación.
Una noche, mientras Cris y Kaká
charlaban sobre la situación de éste último en el equipo, llegó algo que ninguno
de los dos se esperaba. Se besaron. Cristiano se agachó a la altura del rostro
del brasileño y ladeo un poco su rostro ante la expectativa del otro, quien no
opuso resistencia cuando sus labios eran presionados por los del portugués, que
tan rápido como habían llegado se fueron de su lado.
—Lo siento—dijo Cristiano contra
su rostro.
—Yo…
—No está mal, yo te quiero y tú
me quieres.
—Pero…—¿Qué pasaba con su esposa
y su familia?
—Está bien Ricky—dijo el portugués
con una seguridad que hipnotizó al brasileño a tal nivel que se dejó hacer
cuando sus labios volvieron a buscarle y correspondió un beso que surgió como
algo necesario y que se alejó de ser una traición verdadera. El beso no tenía rasgos de deseo o de lujuria, era más bien un cúmulo de ternura que enardeció entre ambos hombres y que se fue extendiendo como un cálido abrazo. Era cariño,
era algo más.
Lo que siguió fue un abrazo como
luego vendrían más, con Cristiano rodeándole por el cuello y Ricardo
aferrándose a la espalda de éste. Era como transportarse a otro mundo, uno
donde no existía nada más.
Vinieron las celebraciones de los
goles de Cristiano con asistencias de Kaká, se formaban las sonrisas cómplices y
los gestos disfrazados, los abrazos en el campo y los besos fugaces en los
vestuarios. Pero no duró mucho, a pesar de que Ricardo quería dejar de lado
cualquier cuestionamiento sobre ese algo que mantenía con Cristiano, no lograba
sacarse de la cabeza la traición hacia su esposa. Y comenzó a alejarse.
Luego vinieron las lesiones y su
rezago en el equipo, Cristiano vacilaba mucho en acercarse al brasileño y
buscaba consuelo en su propia familia, en su nueva pareja. Dentro de todo, Kaká
debería estar bien, es decir, le era
fiel a su mujer y respetaba su familia, quizás a nivel futbolístico no estaba
en su mejor momento pero siempre podría recuperarse; mientras Ronaldo era feliz con su
novia la modelo. Todo estaba bien. Pero no, no lo estaba, Kaká estaba en el
hoyo, lejos de la protección de su hogar donde las risas de sus retoños y los
besos de su esposa le hacían el hombre más feliz del mundo, se sentía vació. Le
faltaba algo.
Le faltaba Cristiano.
Todo en el Real Madrid comenzó a
cambiar, ya no eran el equipo avasallante de antes, no eran explosivos y
aguerridos como lo habían sido, había distanciamientos y peleas en el
vestuario, era un caos asqueante del que no quería formar parte.
—Últimamente eres más solitario
de lo habitual—dijo CR7 al brasileño cuando éste recogía sus cosas para irse a
casa.
—¿Si?—Kaká fue sorprendido por
esa afirmación, más bien por ese acercamiento que habían tenido, Cristiano casi
le había susurrado aquello en el oído.
—Sí, ¿te sientes bien?—Inquirió
el portugués cuando al estar frente a Kaká, éste le rehuyó la mirada.
—Sí…
—No, Ricky, que yo no me trago esa
sonrisita falsa.
Cristiano Ronaldo le conocía muy
bien, a pesar de que ya casi no hablaban más que de trivialidades, de que se
abrazaban muy poco, de que apenas Cris daba muestras de ternura en algún
entrenamiento, seguía pendiente de él. Kaká se sintió feliz.
—Es difícil. Separados
—¿Qué cosa?
—Todo—dijo cerrando los ojos y
ahuyentando esa sonrisa que le servía de mascara. Con Cristiano esas cosas no
iban—, no juego, apenas toco el balón y ya hago el peor partido de mi
vida.—Cristiano se acercó a Ricardo aún más—No sirvo para el juego y luego
tú…resulta que cada día que pasa me duele más tenerte lejos, no sé Cris,
seguimos siendo amigos pero no me vale sólo con eso…yo.
—Te amo—Ambas manos del portugués
sujetaron las mejillas de Kaká—, y si lo único que puedo tener de ti es el
calor de tus abrazos, con eso me vale Ricky.
—Yo…lamento no poder darte lo te
mereces.
—¿Me amas?
Kaká asintió con la cabeza, y
Cristiano pudo corroborarlo cuando miró a sus hermosos ojos de ángel, como él
solía describirlos, más cuando el brasileño decidió buscar sus labios y
besarlo. Sí, se sentía muy bien ser correspondido.
Cristiano Ronaldo seguía con su
hermosa novia, con su lindo hijo y con su brillante trayectoria en el futbol
español; Kaká seguía siendo el marido ejemplar, el mejor padre para Luca e
Isabella, y una vergüenza del futbol, pero mantenía las esperanzas. Y los dos
seguían compartiendo besos fugaces cuando nadie los veía, abrazos repentinos y
momentos tan triviales como especiales, desde que Kaká descansara su cabeza
sobre el hombro de Cristiano al dormirse en el autobús del club o el hecho de
que Cristiano supiera el sabor de helado preferido de Ricardo, entre otras
cosas.
Las cosas mejoraban poco a poco,
pero de nuevo volvían a caer cuando Kaká se sumía en esa espiral de
desesperación al ver que no daba una dentro del terreno de juego, en realidad
no era tan terrible, pero la crítica le mataba un poco cada día y las
oportunidades escaseaban cada vez más. Entonces tuvo una oportunidad, quiso
aprovecharla pero no estaba en ritmo, era como si nunca hubiera jugado al
futbol y se equivocaba bastante. Le expulsaron. 17 minutos bastaron.
Ese día el agua de la regadera
cubrió su cuerpo, no como en los partidos en los que solamente era suplente y
mucho menos como cuando había alcanzado algunos preciados minutos en la liga u
otras competiciones. No. Ese día el agua descendió desde su cabeza hasta sus
pies llevándose consigo más que la suciedad que le cubría, se llevaba todas las
esperanzas, toda su luz. ¡Amaba el futbol! Era su vida, y de pronto no tenía
futbol, quizás tuviera muchas cosas por las que estar agradecido a Dios como su
salud o su familia, el tener a Cristiano y mucho más, pero no tenía lo que
había sido su razón de vivir en los últimos años y eso dolía. Desgarraba.
Quizás fue más de media hora lo
que estuvo bajo el chorro del agua o quizás fue menos, sus compañeros de equipo
ya comenzaban a llegar al vestidor. No quería verlos ni que le vieran, no
quería escuchar la riña de Mourinho ni de nadie más, así que siguió con su
frente apoyada en la pared y el agua cayendo en su espalda.
—De alguna manera te debe hacer
daño estar tanto tiempo aquí—dijo alguien detrás de él.
Era Cristiano, sería imposible no
reconocer su voz y menos distinguir a
alguien más que se atreviera a besarle el hombro.
—¿Estás bien?
—No…—respondió el brasileño
incapaz de mentir.
—¿Te molesta si hablamos más
tarde?...los chicos pueden venir y…
—Lo sé—interrumpió Kaká
dulcemente, aunque él también fue frenado por un beso fugaz.
No podían darse el lujo de
abrazarse en medio de las duchas del estadio, no cuando sus compañeros podían
verlos, así que Cristiano optó por comenzar a ducharse al lado del brasileño no
sin antes regalarle una caricia al cabello de esto.
—Me voy ya o me hará daño ¿no?—dijo
Ricardo intentando sonreír.
—El míster te echará bronca Ricky,
mejor espérame ¿sí?
No era como si Kaká pudiera
decirle ‹‹no›› en ese momento, se
quedó con la toalla amarrada a su cintura mientras algunos futbolistas
ingresaban a las duchas, en tanto Cristiano apenas y se podía decir se había
duchado.
Decididamente su entrenador no
contaba más con Kaká, era como si el jugador no existiera en el universo del special one, no podía culparlo, la había
tratado en cada oportunidad que le había dado, el Real Madrid era un equipo
grande donde se necesitaban a los mejores futbolistas, no a niñatos que en
alguna ocasión fueron balones de oro y que luego se extinguieron.
—Síguete esforzando.
—¿Para qué? Ni siquiera vale la
pena…
—El Ricardo que yo amo no se
rinde así de fácil.—Cristiano tomó su mentón—Siempre ve el lado positivo e
irradia felicidad, no me gusta verte triste Rica.
—Es difícil Cris.
—Tienes a tus hijos, a Caroline,
a mí.—La cercanía entre ambos futbolistas se redujo al mínimo—Te sobran motivos
para estar feliz.
Kaká besó a Cristiano y en
seguida lo abrazó.
—Gracias por estar aquí.
Poco a poco el rendimiento de
Ricardo en los entrenamientos mejoró, había tenido varias charlas con Caroline
y contaba con el completo apoyo de las personas que amaba. No podía pedir más.
Pero las cartas fueron puestas
sobre la mesa; no le querían en el Real Madrid pero tampoco querían regalarlo,
le darían unos minutos para que demostrara un poco de nivel y otros equipos se
interesaran por él.
—Contigo dejé de contar hace
mucho tiempo—dijo el entrenador portugués a Ricardo.
Trató de correr desde el
principio, se esforzó en defensa y buscaba el ataque aunque el equipo no jugara
bien, no estaban acostumbrados a elaborar y no se encontraban. Pero no se iba a
rendir, quería cerrar un par de bocas.
Ya lo había intentado antes pero
en esa oportunidad no perdonó y disparó al ángulo de la portería con la finura
de años anteriores. Un golazo. Y la euforia estalló, sentía que la felicidad le
llenaba de repente como un torrente recién descubierto. Poco después filtró un
pase a Cristiano Ronaldo dentro del área y éste dejó medio gol a Higuaín. La
celebración fue privada; fue Cristiano abrazando a Kaká y Ricky abrazando a
Cris, fueron ellos juntos y luego todo lo demás, lo que no importaba.
Kaká había logrado contribuir a
su equipo, había logrado alcanzar una victoria para el Real Madrid y podía ver
el orgullo y la felicidad que despertaba todo eso en el hombre que amaba, lo
sentía en su piel que alcanzaba a rozar a la del portugués. Estaban felices.
Querían besarse.
Pero había cosas que con el
tiempo no cambiaban, como la mirada aguda de Mourinho durante las celebraciones
de Cristiano y de Kaká, el hecho de que le molestara todo eso y las futuras
reprimendas al brasileño. Cosas extrañas sin explicación. Tampoco cambiaba el
hecho de que no podían ser tan afectuosos en público como quisieran, eran
futbolistas, tenían pareja e hijos, si se besaban en ese momento mandarían todo
al carajo.
No querían arruinar sus vidas.
La vitoria del Real Madrid
significaba confianza en jugadores que no venían trabajando bien pero que
lograron cuajar un partido medianamente aceptable, o que por lo menos se
desvirtuaba lo suficiente con el marcador como para hacerles creer que habían
jugado bien. Así que todo estaba bien.
—Lo has hecho increíble Ricky—dijo
Cristiano cuando se dirigían al estacionamiento. Kaká sonrió y detuvo su paso,
los demás futbolistas que iban frente y detrás de ellos los pasaron, así
quedaron solos.
—El míster me quiere fuera del
equipo de todas formas.
—¿Qué? Pero si…
—Y el Presi también.
Cristiano abrió la boca para
decir algo, para reclamar, pero la cerró en seguida, ¿es que acaso estaban
retrasados? Bajó su vista y trató de serenarse, no podía perder la cabeza en
momentos como ese.
—Y eso está bien.—Cristiano miró
a su interlocutor incrédulo—Mira Cris, aquí no voy a jugar y la verdad es que
nunca encajé…ahora mi único deseo es ir al mundial en mi país ¿si me entiendes?
La mirada de Ricardo develaba
cuan cansado estaba ya de luchar contra corriente, ya no tenía fuerzas y se
aferraba solamente a una esperanza que cada día se marchitaba un poco más.
—Vamos a mi auto.
Cristiano rara vez se comportaba
así de autoritario, pero no pudo evitarlo. Los dos futbolistas subieron al
deportivo del portugués, permanecieron un tiempo en silencio, lapso que Cristiano
aprovechó para liberar un poco de su frustración apretando el volante del auto
entre sus manos. A fuera el mundo seguía girando.
—¿Te quieres ir?—preguntó el
futbolista de dorsal número siete.
—Cris no hay nada…no hay nada en
Madrid para mí.—La intensidad de la mirada de Cristiano aumentó, cada fibra de
su ser quería entender aquellas palabras y no dejarse guiar por la idea de que
aquello iba encaminado a una ruptura—Aparte de ti, no tengo nada en esta
ciudad… en este equipo. A veces creo que fichar por el Real Madrid fue un
error, pero te conocí, Dios te puso en mi vida y eso hace que todo valga la
pena.
—No renovaré entonces.
Aquellas eran palabras
mayúsculas; Cristiano Ronaldo por fin estaba disfrutando el amor incondicional
de la afición, era el pilar del equipo. ¿Qué no renovaría su contrato con el
club? ¿Por qué? ¿Era su culpa? Se preguntaba Kaká.
—Pero Cris…
—Es casi seguro que te dejen ir,
que encuentres un equipo en donde si tengas continuidad y no quiero quedarme
aquí y recordar nuestros besos, recordar cuando estabas aquí y que no estés.
Ricky, si te vas yo me voy.
—Cris pero las cosas van de
maravilla para ti…
—Prométeme que no me olvidarás
aunque estés al otro lado del mundo.
—¿Si te lo prometo te quedas en
el Madrid?
—¿Para que Messi siga siendo el
mejor del mundo y yo un chulo que vive pisoteado por la prensa? No Ricky, este
club ya no es para mí.—Una mano rodeo la suya y una sonrisa provocó una en su
rostro.
—Te prometo que nunca te
olvidaré, que seguiremos en contacto, que haré lo posible por visitarte, porque
nos veamos.
—Yo también te lo prometo.
—Le doy gracias a Dios porque te
puso en mi vida.
Esa última frase apenas pudo ser
completada, Cristiano lo había alcanzado y cazó sus labios con los suyos. Fue
un beso más intenso que cualquier que hubieran tenido antes, sus lenguas hacían
maravillas dentro de la boca del otro y sus manos poco a poco se iban haciendo
del rostro del contrario, había un ‹‹no
te alejes›› escrito en cada movimiento, en cada roce de sus lenguas y en el
deguste de sus labios, entonces se separaron.
—Te amo—dijo Cristiano y fue
correspondido con un beso más tierno y no tan pasional como el primero.
Quizás las cosas no eran iguales
a las primeras temporadas juntos, los sentimientos habían crecido y habían
vivido muchas cosas, Kaká había aprendido que podía amar a dos personas al
mismo tiempo y que no podía vivir sin ninguno de los dos, Cristiano había
madurado mucho en el camino también; el futuro se mostraba incierto y el pasado
abrumador, pero no importaba. En realidad sólo querían seguir amándose.
3 comentarios:
Amazing!!! Me enamoré de este fic!! es hermoso, perfecto, maravilloso :3 ayyy!!! lo amo <3 Felicidades n.n
Muchas gracias por escribirlo ;)
Espero sigas escribiendo :3
Saludos!!
Criská forever!!! <3 <3 <3
Me enamoré, me encantó, me ajnskadnakmskas. Excelente fic, tierno, dulce, con buena trama y simplemente buenísimo. Espero sigas escribiendo mucho más ya que se te da muy bien.
Saludos y abrazos. "Laquintajinete".
Magnifico, verdaderamente incr7ible.
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