15/12/13

Un chico grande

Título: Un chico grande
Rated: T (13+)
Pairing: Felluzaj (Marouane Fellaini y Adnan Januzaj )
Word Count: 818
Resumen: Fellaini se preocupa por la integridad física de Adnan Januzaj, los futbolistas de otros equipos saben que el chico es talentoso y eso puede acarrearle más golpes de lo normal.
Disclaimer: Marouane Fellaini y Adnan Januzaj son personas públicas y los derechos de su imagen no me pertenecen, lo aquí escrito no busca dañar su imagen o lucrar de alguna forma, sólo sano entretenimiento.
Advertencias: Slash.
Notas de autora: escribí esto estando un tanto alcoholizada así que no me hago completamente responsable de lo malo que sea xD


Capítulo único

 A veces hacer nuestro mayor esfuerzo no rinde frutos, cuando eso pasa nos queda la sensación de que quizás no hicimos suficiente porque somos capaces de mucho más. Otras veces, podemos pensar que la vida se empeña en hacernos quedar mal, que nos da el camino más duro por recorrer. Sin embargo, la mayoría de las veces sólo pensamos en lo que pudimos haber hecho y que no hicimos.
Si no hubiera perdido ese balón, si hubiera controlado mejor  el pase, si el disparo hubiera ido un poco más abierto, entonces hubieran ganado. Pero los hubieras sólo son lamentaciones que buscan una palabra de aliento, una lamida en la herida abierta. Es algo patético y él era todo menos patético.
Ese día, había algo en particular que lo perturbaba: los jugadores del equipo rival estaban golpeando mucho a Adnan. El joven jugador belga, Adnan Januzaj, había ascendido al primer equipo  luego del retiro de Sir Alex Ferguson, el eterno entrenador del Manchester United; el muchacho era talentoso pero aún débil físicamente, salía perdiendo en cada encontronazo con un jugador contrario, después de todo tenía sólo 19 años. Pero él, Fellaini, su compatriota, no había hecho nada para evitarlo.
—No es bueno que tengas conflictos en el campo—dijo David Moyes, nuevo entrenador del equipo, a Maurane Fellaini, el centrocampista belga.
—Ese cabrón piso a propósito al chico.—Normalmente Fellaini no replicaba a su entrenador, puesto que se conocían desde hacía tiempo y le tenía mucho respeto, no en balde había sido quien había confiado en él y lo había llevado del Everton, club en el que antes jugaba el belga y al que Moyes entrenaba, al Manchester United, pero en esa ocasión rompió la costumbre—El chico es increíble y les molesta que un niño los humille.
—No necesitamos que te expulsen o acumules amarillas, además Januzaj debe aprender a dominar ese tipo de situaciones, de igual forma Ferguson se ofreció a hablar con los árbitros para que lo cuiden más.
Eso, definitivamente, no calmó a Fellaini.
Y ya en el vestuario estaba él, bajo la cascada que fluía rabiosa desde la regadera hasta su cuerpo cubriéndolo, con sus pensamientos atiborrados y sus emociones vertidas en un mar de confusión. Él pensaba que debía haber hecho algo, poco o mucho pero hacer algo. Salió y en el vestidor sus compañeros seguían alistándose para salir de ese lugar, Rooney amarraba las cintas de sus tenis mientras Ferdy buscaba algo dentro de su mochila. Cada jugador estaba inmerso en sus propios asuntos. Allá, en el un rincón del vestidor, estaba Adnan Januzaj recogiendo todas sus partenencias y luego, en algún momento, levantó su rostro para encontrarse con la cálida mirada de Fellaini. Y vio la culpa.
—No soy un niño—susurró Adnan a su compatriota cuando entraron en la habitación del hotel que compartían.
—Nunca he dicho que lo seas—contestó el futbolista mayor.
—¿Sabes? Mi madre dice que hay más cosas que dice una mirada que lo que pueden pronunciar los labios.—Habían dejado sus maletas en el suelo, cada una contra la cama de su dueño.
—Yo no…
—Me van a pegar, eso me lo advirtió el jefe e inclusive Sir Alex… todos, Felli.—El más joven se acercó al otro futbolista—Yo puedo cuidarme solo, pero gracias por preocuparte por mí.
—Así que ya eres un chico grande ¿no?—Adnan rió un poco cuando escuchó eso, entonces Fellaini se acercó un poco más a él  hasta rozar sus labios con la oreja del menor—Me gustan los chicos grandes.
Januzaj rió de nuevo,  pero su ligera risa fue detenida por los labios de su compatriota presionándose contra los suyos.
—No quiero que esos cabrones vuelvan a tocarte ¿de acuerdo?—dijo Fellaini y volvió a besar al joven rubio, quien llevó sus manos hasta la cabellera azabache rizada y esponjada. A Januzaj le encantaban los risos sin control de Fellaini—Además el equipo te necesita…ya sabes, la joya del United y todo eso.
—¿Celoso?
—No seas engreído, mocoso.—Fellaini tomó a Januzaj por la cintura y hurgó los cabellos rubios del chico con su nariz.
—Creí que era un chico grande ya—replicó el muchacho sonriendo con suficiencia.
—Acabo de cambiar de opinión.—Adnan ciñó el entrecejo—Ahora vete a dormir.
—¿Puedo dormir contigo?—inquirió el joven contra el oído del futbolista.
—¿Quieres dormir conmigo?—cuestionó Fellaini apartando por los hombros al chico para mirarlo fijamente a la cara.
—Dormir Felli, dormir—dijo el chico al notar la incredulidad y la picardía mezcladas en su mirada——...¿puedo?
—Claro.
Sí, quizás hay cosas que podríamos hacer y no las realizamos, otras más que se escapan de nuestro control y de las que no somos responsables. Fellaini no podía evitar que le pegaran a Januzaj en los partidos que disputaran, el chico era muy bueno, pero sí podía devolverles el favor. Sí, David Moyes tendría mucho para molestarse con él. 

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