30/7/13

Una cálida bienvenida

Título: Una cálida bienvenida
Clasificación: PG-13
Pairing: Büttzaj (Adnan Januzaj & Alexander Büttner)
Word Count: 949
Resumen: Subir al primer equipo es algo complicado, es difícil llegar a un grupo ya compacto, pero eso no importa cuando alguien te hace sentir bienvenido. 
Disclaimer: Adnan Januzaj y Alexander Büttner son personas públicas y los derechos de su imagen no me pertenecen, lo aquí escrito no busca dañar su imagen o lucrar de alguna forma, sólo sano entretenimiento.
Advertencias: Slash, en realidad es muy poco y muchos no lo notarán.
Notas de autora:  El drabble se sitúa en el inicio de la pretemporada 2013-2014 del Manchester United, en el primer entrenamiento en el Aon Training Complex.


19/7/13

Me faltas tú


Título: Me faltas tú
Clasificación: PG-13
Pairing: Davier (David de Gea y Javier “Chicharito” Hernández)
Word Count: 299
Resumen: David siente que ha olvidado algo, pero alguien se encargará de hacerle ver que no es así.
Disclaimer: David de Gea y Javier “Chicharito” Hernández son personas públicas y los derechos de su imagen no me pertenecen, lo aquí escrito no busca dañar su imagen o lucrar de alguna forma, sólo sano entretenimiento.
Advertencias: Slash.
Notas de autora: Javi y Chicha, son motes de Javier Hérnandez “Chicharito”. La referencia al Donut es por este episodio. El drabble se sitúa en el inicio de la pretemporada 2013-2014 del Manchester United

11/7/13

Lazos rojos // Capítulo 14 // Final

Capítulo 14
Esbozos de un Réquiem

Mira los rojos, rojos cambios en el cielo

Mire la separación en la frontera
Pero no mires todo aquí dentro 
Y ten miedo, miedo de hablar con tu mente
Le tomó un momento antes me perdí aquí

¿Me tomó un momento y yo no lo pude encontrar?
Una y otra vez y otra vez que veo su cara en todo
¿Tomé un momento en que no lo pude encontrar?
Echelon // 30 Seconds to Mars

No era buena idea, de eso estaba completamente segura. Charlie se oponía firmemente a que Markus y Skandar emprendieran un viaje tan pronto, es decir, Skandar ni siquiera había encontrado su sangre ideal y Markus no estaba bien por más lo dijera ¡Por Dios! ¡Ser amable no era ser Markus! Definitivamente el rubio estaba deprimido y quizás los deseos suicidas no desaparecían, ¿cómo podría entonces dejarlos ir? De ninguna manera, Charlotte jamás permitiría que se fueran.
—No te estoy pidiendo permiso—dijo Markus jalando a Skandar de la mano.
—De aquí no pasas—espetó la mujer.
—Charlie tiene razón, no sean insensatos—apoyó Carol.
—¡Y una mierda lo que digan!—gritó el vampiro— He dicho que me largo y me llevo a Skandar, así que se van mucho a la mierda y me dejan de tocar los huevos. Me largo—dijo remarcando la última palabra.
—¿Y a dónde piensas ir?—cuestionó Carol.
—A donde me de mi puta gana—contestó el rubio.
—Vamos con Penélope—dijo Skandar, quien sostenía las cenizas de Bernard y Jared.
Markus rodó los ojos, de verdad que odiaba la sinceridad con la que se venía mostrando Skandar. Maldito mocoso idiota.
—Así que si disculpan, quítense del camino—gruñó el rubio.
No hubo más intercambio de palabras, las gemelas se hicieron al lado y Markus salió de la casa con Skandar a cuestas. El cielo se miraba encantador con apenas unas cuantas estrellas adornando el manto oscuro de la noche, el vampiro rubio apenas lo observó, en cambio, Skandar parecía sumergido en ese mar turbio y hermoso plagado de gemas.
—Debes correr detrás de mí lo más rápido que puedas—dijo el rubio cuando ambos vampiros habían dejado atrás la casa de las vampiresas.

Lazos rojos // Capítulo 13

Capítulo 13
La muerte del ocaso

Enemigo mío 
Vete a la mierda como el diablo, 
violentos en el interior 
hermoso y el mal.
Soy un fantasma, 
eres un ángel 
uno que se guardó 
sólo restos de una época 
Stranger in a Strange Land // 30 Seconds  To Mars

No siempre es fácil recibir algunas noticias, pues algunas veces quedas tan perturbado que no logras identificar qué debes decir, qué debes hacer, qué debes sentir y la única salida que te queda es huir para pensar con claridad. Jared lo sabía y por eso bajó las escaleras sintiendo una tristeza aguda, nunca antes había si quiera cruzado por su cabeza la idea de la muerte de alguno de sus amigos y de pronto el vampiro que lo había convertido para salvarle la vida se encontraba muerto. A su modo, Bernard siempre trató de que él tuviera una existencia agradable y le enseñó todo cuanto le fue posible, luego, cuando Skandar apareció en su vida, Bernard lo apoyó y de alguna forma le hizo ver sus verdaderos sentimientos hacía ese humano.
—Cómo cambia todo en unas semanas—pensó el vampiro.
Su mente dejó de lado a Bernard, era demasiado abrumador imaginar cómo serían las cosas sin su amigo, pues a final de cuentas era él era lo más parecido a un “líder” y ya no estaba. Su vista no se concentraba fija en nada, la estancia sumida en la oscuridad apenas le brindaba alguna distracción que no sería tomada en cuenta, así que simplemente caminó hasta el sótano bajando uno a uno los necesarios para encontrarse con Skandar. ¡Se moría porque su niño lo abrazara! También quería olvidarse de todo lo demás y sólo lo lograría estrechando aquel delgado cuerpo entre sus brazos.
Y ahí, tendido como noches anteriores sobre la cama de madera, estaba Skandar. El vampiro lo miró por algunos segundos, escudriñando cada centímetro de la anatomía del chico. En algún momento Skandar comenzó a moverse como si fuera un gusano que es sacado de la tierra o mejor dicho, como un gusano que escarba un agujero ¿habrá alguna diferencia? Él chico se movía demasiado y apretaba la mandíbula de vez en vez. ¿Qué día era? ¿Cuántos días habían pasado desde que Jared le había dado su sangre? El vampiro no lo sabía, había perdido la noción del transcurrir del tiempo. Los fuertes alaridos le asombraron, un poco más y Skandar despertaría.
Un grito desesperado se oyó aunado a un alarido feroz de dolor.

8/7/13

Lazos Rojos // Capítulo 12

Capítulo 12
La muerte del alba
Y qué si quisiera escapar?
echarme a reír en tu rostro
¿Qué harías?
Y que si caigo al piso
y no puedo soportar esto mas
¿Qué harías?
Ven y derrúmbame
entiérrame entiérrame,
he acabado contigo
The Kill // 30 seconds to mars

Si a Markus alguna vez le hubieran dicho que estaría sufriendo porque Bernard estuviera herido, él se hubiera reído y no sería cualquier risa, se reiría con muchas ganas. Se carcajearía. Pero ahí estaba el rubio, sentado sobre la cama con su espalda recargada en la cabecera de ésta posando su mano sobre la frente inusualmente caliente del vampiro de cabellera negra. Markus se preocupaba por Bernard; aquello hacía eco muy en lo profundo de los pensamientos y, en mayor medida, de su corazón.
Bernard había sido herido por una bala hechizada que sus amigas vampiresas, supuestas expertas en esos terrenos, no sabían contrarrestar. No obstante, Markus no necesitaba que Charlie y Carol entraran a la habitación con aquella cara de pena para saber que Bernard estaba mal, el simple hecho de verlo postrado inconsciente sobre la cama le vaticinaba un poco de su situación y hacía que la impotencia aflorara pues no había nada que Markus pudiera hacer para mejorar la situación del moreno.
—Tienes que despertar—le decía el rubio—, yo no sé manejar a un vampiro recién convertido y si Skandar no recuerda a Jared o simplemente no lo quiere cuando despierta ¿qué se supone que haré?— Extrañamente sus ojos comenzaron a volverse cristalinos— Además, él está molesto conmigo…despierta.
Pero Markus no se atrevía a completar aquella petición, no lograba que las palabras salieran limpiamente desde lo profundo de su ser porque él era consciente de que los motivos que externaba no eran los únicos por los que deseaba que el moreno despertara.
Justo a media noche Carol y Charlotte entraron en aquella habitación sumida en las penumbras para dejar dos grandes jarras de vidrio sobre el buró contrario a donde Markus se encontraba y sin más se retiraron. El rubio observó con ansias el rojo que dejaba traslucir la jarra y sus colmillos parecieron desear aquel líquido, así que con cuidado llenó el vaso cristalino y bebió la sangre que tanto codiciaba.
—Tú deberías beber sangre—dijo al vampiro dormido—. Así no es divertido.
Y vaya que no lo era, Markus necesitaba pelear con Bernard. Lo extrañaba. Extrañaba su sonrisa despreocupada que le daba seguridad silenciosa, su manía de juguetear con cosas afiladas –principalmente dardos–, los dos mechones negros que caían sobre la piel de su frente, extrañaba además la forma en que su mirada podía cambiar tan rápidamente desde tranquila hasta seductora. Lo extrañaba mucho, pero no sólo porque llevara dos días sin que le robara un beso o lo tocara de forma descarada e inclusive que intentara robarle una caricia, sino que además lo extrañaba porque temía perderlo. Y al darse cuenta el rubio lloró.
Cada vez que entre la maraña de pensamientos había cierta claridad el vampiro abandonaba aquella inspección molesto consigo mismo, la verdad estaba ahí y él la rechazaba.
 ¿Cuánto tiempo había pasado desde que Markus había conocido a Bernard? Muchísimos años, más de medio siglo, y desde entonces venía rechazándolo. Entonces la culpa era demasiada, pues Bernard estaba muy débil y no podía consumir sangre, además de que parecía que esa bala tenía un efecto similar a la gangrena, así que era culpa de Markus ¿no? Si él hubiera sido más fuerte, si hubiera aceptado sus sentimientos desde el principio.