25/3/14

Madrid

Título: Madrid
Rated: T (13+)
Pairing: Criská (Cristiano Ronaldo y Kaká)
Word Count: 818
Resumen: Kaká perdió mucho en Madrid, pero ganó algo que valía la pena, aunque tuvo que decir adiós al volver a Milan. Una noche regresó a Madrid donde reencontraría su corazón. Porque Madrid siempre tenía algo que ofrecerle y algo que robarle.
Disclaimer: Cristiano Ronaldo y Kaká (Ricardo Izecson dos Santos Leite)  son personas públicas y los derechos de su imagen no me pertenecen, lo aquí escrito no busca dañar su imagen o lucrar de alguna forma, sólo sano entretenimiento.
Advertencias: Malas palabras  always
Notas de autora: Escribí esto no sé ni cuando, entre tres clases diferentes, sólo surgió y ya. Okay, no me gusta mi clase de Análisis farmacéutico y me pongo a hacer otras cosas ¬¬





Capítulo único

No, el AC Milan ya no era el equipo de antaño, había perdido las esperanzas en la Serie A, pero eso no significaba que dejarían de pelear…que él dejaría de pelear. Eran el AC Milan, no importaba la desventaja. En casa, en San Siro, el Atlético de Madrid había logrado encajar la mínima ventaja. Un gol doloroso.
Kaká luchó, corrió y buscó dar su mejor fútbol, ese que se había perdido años atrás en esa misma ciudad, pero no fue suficiente. Ya no era el mismo jugador que había alcanzado la gloria. No era más el 2007.
Y perdieron, con un marcador global de 4-1 favoreciendo al equipo español. De nuevo Madrid le jodía la existencia.



—Ricky…—escuchó que le decían del otro lado del teléfono como si fuera difícil llamarle.
Madrid le estaba estrujando el alma. Lo que menos necesitaba o quizás lo que más le hacía falta era escuchar esa condenada voz.
—¿Ricky?—Volvieron a llamarlo, en esa ocasión con urgencia.
—¿Si?—musitó el futbolista brasileño sin lograr que las palabras no le quemaran la garganta.
No hablaron. Seguían siendo tan cobardes que no se atrevían a dar el primer paso, pero Ricardo no lo haría, no, él nunca lo hacía, es que al parecer toda valentía se la dejó en Madrid, se la bebió en grandes sorbos el pasto del Santiago Bernabeu. Sí, eso pasó, eso justificaba la nulidad de sus palabras. En realidad las cosas no habían cambiado mucho.
—Jugaste muy bien—escuchó que le decían y Kaká se sintió un bastardo de nuevo por tener que ser siempre el malo de la historia. Pero no sólo estaba molesto por ello, ¿es qué era difícil entender que si hubiera jugado mejor quizás no habrían hecho el ridículo de esa forma? ¿Jugar bien? ¡Pamplinas!
—¿De qué sirve?—susurró con voz áspera, cargada de una amargura que no iba dirigida a su interlocutor sino a él mismo, pero el efecto colateral terminó siendo ese.
—Hace mucho que no te veía jugar así…
—¿Así?
De nuevo la tranquilidad en la voz lo había hecho olvidarse de todo y una curiosidad, que más bien eran las ansias de su ego por ser mimado, surgió hasta hacerle hablar.
—Lo disfrutaste.—Ricardo asintió— Te entregaste por completo.
Y era cierto, pensó Ricky. Cuando vistió la camiseta del Real Madrid no pudo dar todo de él, no encontraba su ritmo y había una enorme hostilidad hacia su persona. La afición le detestaba.
—Ese es el Kaká que admiro—susurró Cristiano Ronaldo.
Y Ricardo sintió como la sangre se le acumulaba en sus mejillas y su corazón comenzaba a latir más rápido, había olvidado la facilidad que tenía Cristiano para ponerlo de esa forma. Estaba feliz. El portugués no era nada como la gente creía que era, de hecho era un chico muy tranquilo –mucho más que Ricardo– y solía hablarle con mucha suavidad cuando se encontraba alterado. Siempre lograba tranquilizarlo y ese día no fue la excepción.
—Eres muy lindo—dijo el brasileño en italiano.
—Vamos niño bonito, ¿Cuántas veces tengo que pedirte que me hables en un idioma que entienda?—preguntó Cristiano Ronaldo mientras reía.
—El italiano no es difícil Cris, yo te enseño—dijo el futbolista muy animado.
—Me encanta oírte feliz, precioso.—Las risas se escabulleron—De nuevo parece que tienes ganas de jugar…
—Pero pagué un alto precio—susurró Ricardo y antes de que Ronaldo lo interrumpiera continuó—. Amo Milan, es mi hogar, siempre lo fue. Amo a este club como nunca amaré a otro y mi familia está muy feliz en Italia, pero Cris…—No quería llorar, ¿por qué Cristiano siempre lograba explotar sus sentimientos así?—. Cada maldito día pienso en ti y a veces te busco en los entrenamientos…te extraño, todo…extraño todo. A veces pienso que moriré si no tomo un vuelo aquí y  te veo, en persona, no verte a través de una pantalla…y tu tacto y tus besos…¡Dos, me vuelves loco! Y cuando supe que vendría a Madrid de nuevo yo sólo quería no venir, porque sería inevitable verte y necesito verte, pero Cris, mi amor, si vienes, si te veo, si te toco…yo no sé si seré capaz de dejarte ir.
—Yo siempre voy a estar contigo, mi hermoso niño—Ricardo se había quedado sin aire, podía oírse como jadeaba—. Te amo.
Madrid era una trampa, porque Milan era su hogar, pero allí no habitaba su corazón. Su corazón se había quedado en Madrid. Cristiano Ronaldo se había quedado en Madrid.
—¿Puedes venir?
Se había rendido, prefería caer de nuevo y sufrir de nuevo un adiós que pasar esa noche sólo, necesitaba a Cristiano. Necesitaba caer de nuevo y empaparse de Cris, quería recordar ese cuerpo que era sólo de él, quería tener su corazón de nuevo en sus manos. Volvería a caer en Madrid, siempre en Madrid. Estaba feliz, pronto estaría completo, como tantas otras veces en Madrid.

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